El Municipio de Ribamontán al Mar, con 36'9 km2 de extensión, ocupa la costa central de Cantabria asentado al este de la Bahía de Santander, hasta el arroyo de Vioña, en Bareyo, integrado en la zona oriental de la costa de Trasmiera.
Su paisaje se encuentra identificado por una amplia llanura que forma una rasa litoral, cortada en impresionantes acantilados que protegen las hermosas playas de Langre y Arnillas, que son un paraíso natural. Frente a la costa de Loredo se localiza la isla de Santa Marina, la más grande de Cantabria. Este peñasco protege el final de la playa que se dilata hasta adentrarse en la Bahía de Santander, trocada en una gran lengua de arena que forma El Puntal, es uno de los arenales más grandes de Cantabria. Esta flecha cierra a la vista el recorrido final de la ría de Cubas, que forma la desembocadura del río Miera, siendo límite natural con el vecino municipio Marina de Cudeyo. Al sur linda con Ribamontán al Monte. Bien comunicado con los otros municipios costeros, está tan solo a 34 Km. de Santander. Además existe una línea marítima que une las localidades de Pedreña, Somo y Santander.
El término municipal se encuentra comprendido por siete núcleos de población: Castanedo, Galizano, Langre, Loredo, Somo, Suesa y Carriazo, en este último es donde se emplaza la Casa Consistorial.
El territorio de Ribamontán al Mar se ha visto afianzado, gracias a su privilegiado enclave natural, como uno de los destinos turísticos más frecuentados en Cantabria durante la época estival, dotado de buena infraestructura hostelera, a la vez que se mantiene en su término algunas de las más representativas explotaciones ganaderas de la región.
En Ribamontán al Mar se encuentran algunas de las playas más espectaculares y extensas de Cantabria. Al este, en una sección de costa dominada por abruptos acantilados, se encuentran las playas de Langre y Galizano. Presidiendo la bahía de Santander, el inmenso arenal de más de 10 Km, abarca las localidades de Somo y Loredo y finaliza en El Puntal. La temperatura del agua del mar en esta franja de la costa, se puede calificar de fría en invierno y fresca en verano. El mar cantábrico tiene sus riesgos, por el gran oleaje, las sorprendentes mareas y las resacas o corrientes peligrosas, se recomienda información y precaución. Los acantilados no son peligrosos, pero también es aconsejable prudencia. Un recorrido por esta línea de costa nos muestra la peculiaridad de sus excelentes playas, todas y cada una, inmersas en un sobresaliente entorno natural.
3 Playa de Galizano o La Canal. Playa aislada enclavada en un medio rocoso con vegetación, sobre la desembocadura de un arroyo, entre las puntas de la Canaluca y Riaño. Llega a alcanzar los 1.490 m de longitud de arena fina dorada y fuerte oleaje. Presenta un grado medio de ocupación y un bajo nivel de equipamientos.
1 Playa de Arenilla. Pequeña playa de 380 m, recortada en el extremo de una llanura, aislada y tranquila, se halla asentada en arena y piedras y resguardada por paredes de roca de los fuertes vientos que soplan. El acceso a pie es escabroso.
4-5 Playas de Langre. Una extensa pradera cortada al norte por unos elevados y abruptos precipicios trazan una amplia curva bajo la que se encuentra la bella y espaciosa playa, de 1.300 m de longitud. Se accede por unas largas escalinatas. Se divide en dos: La pequeña, más recogida y rematada al oeste por una característica roca en punta; y la playa grande, con forma de media luna es muy extensa. Con fuertes corrientes al estar a mar abierto, en días de resaca hay que tener precauciones. Muy ventosa, es frecuentada por surfistas. De arena fina y agradable, constituye uno de los principales reclamos turísticos de la costa cántabra. Agradable muestra de convivencia cívica, pasado el puesto de vigilancia media playa es utilizada por los nudistas siendo una de las pioneras de Cantabria.
7-Playa de los Tranquilos. Cala de 370 m, de arena dorada, en ella se elevan una serie de piedra formando surcos paralelos y dan lugar en bajamar a piscinas naturales de gran riqueza en fauna y flora marinas. Se contempla la Isla de Mouro con su faro y enfrente la isla de Santa Marina, muy cercana se puede acceder a nado a su pequeña playa y dar un paseo por sus acantilados, los senderos trazados evitan las zarzas que la invaden, para ello es imprescindible llevar calzado. Desde los Tranquilos, orientada al oeste, se puede disfrutar de una envidiable puesta de sol frente a la ciudad de Santander. Cuenta con paseo marítimo.
6-Playa de Loredo. Tras un saliente rocoso, continúa la extensa playa de 1.600 m, de arena fina y dorada con fuerte oleaje. Se celebra en ella el tradicional Derby. Hacia el interior las dunas avanzan hasta una serie de bosquecillos de pinos. Durante los meses estivales, está prohibido el acceso de animales domésticos.
8-Playa de Somo. Playa de 2 Km de longitud. Cuenta con paseo marítimo y ofrece variedad de servicios. Frente a la zona conocida como Las Quebrantas, se practica el surf y se organizan campeonatos durante todo el año, de fuerte oleaje es escenario de numerosos naufragios, aquí la playa se transforma en una lengua de arena de 3.375 m que penetra en la bahía de Santander, paralela a la península de la Magdalena. El conjunto de estas playas, el Puntal, Somo y Loredo, son el arenal más grande de Cantabria con casi 8 Km de longitud.
2-Playa de El Puntal. El extremo de ese conjunto de playas, sometido a las corrientes del Cantábrico y el curso fluvial del Miera, mide 500 m de longitud y termina en la punta Rabiosa, en continuo crecimiento por la acción de los sedimentos. Constituye un importante y dinámico ecosistema dunar. Desde su punta, que se adentra en la bahía de Santander, se contemplan bonitas vistas. En ella se practica el nudismo. Una opción para acceder a esta playa, se puede coger la lancha que realiza el trayecto Santander-El Puntal.
Enlace al ayuntamiento
http://www.ribamontanalmar.es/
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